A veces basta con el ingenio de un solo hombre para dar un giro radical a la existencia de los humanos. Algo, aparentemente tan sencillo, como aplicar una compresión en el abdomen para desobstruir las vías respiratorias en casos de asfixia o atragantamiento y que se aprende en cualquier clase de primeros auxilios ha salvado numerosas vidas, solo en los EE UU más de 100.000.
Y aunque les parezca algo obvio, no fue hasta 1974 cuando un medio norteamericano, Henry Heimlich, ideó esta sencilla técnica que consiste en abrazar al sujeto que sufre síntomas de ahogamiento porque se ha tragado algún objeto por la espalda con los dos brazos. Poniendo el pulgar sobre el abdomen, justo por encima del ombligo y bajo las costillas, se ejerce una presión hacia el centro del estómago.
Una maniobra que en el caso de los niños ha de efectuarse con el pequeño tendido boca arriba sobre una superficie rígida. Una vez situado se apoya las manos entre el esternón y el ombligo, y se empuja varias veces en dirección al tórax.
Escribimos este post en memoria de Heimmlich y su contribución a la Humanidad porque el doctor ha muerto en Cincinnati a los 96 años. No pudo superar una crisis coronaria. Descanse y paz y gracias por ese pequeño paso que nos hace sentirnos más seguros.
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